Seguimos con los artículos de Javier Ortiz, en su blog RetroACB, sobre ex jugadores breoganistas.
Hay una figura no lo suficientemente valorada en el baloncesto de hoy: el segundo base. Quizás lo sea porque en la mayoría de los equipos eso ya no existe como tal y los dos directores de juego (e incluso tres) se reparten casi equitativamente los minutos. Antes no era así. Había un titular y un suplente. Pero la suerte de muchos partidos dependía de la inspiración del reserva.
Chus Lázaro fue, durante la mayor parte de su carrera ACB, el excelente prototipo del segundo base. Por delante tuvo casi siempre a una que era manifiestamente mejor que él, como en su club de formación, el Unicaja, donde compartió puesto con Nacho Rodríguez. Después, voló a Manresa y se convirtió en el perfecto complemento del hombre que mecía la mano de aquel increíble TDK Manresa, Joan Creus. Vistiendo de rojo consiguió una Liga ACB (inolvidable 97-98) y una Copa del Rey (95-96).
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Ahora Bilbao se ha convertido en una "plaza fuerte" en la Liga Endesa, pero otro club bien distinto al de los "hombres de negro" fue también importante en los 80. Y dio buenos recitales en un atestado pabellón llamado "La Casilla". De aquel Caja Bilbao se recuerda mucho su pareja de extranjeros Joe Kopicki-Darrell Lockhart, pero estaban muy bien rodeados de nacionales. Uno de ellos os lo traigo aquí hoy: José Manuel Cabezudo.
Se trataba de un jugador "de equipo" que dispuso de muchísimos minutos formando pareja "de alero" con JJ Davalillo, que, por cierto, posteriormente ha presidido el BBB. Cabezudo es maño y llego a debutar en la antigua Liga Nacional con el CAI (81-82), pero luego tardó mucho en estrenarse en la ACB. Tras pasar por Gijón y Logroño en Primera B, encontró su sitio en Bilbao de 1986 a 1989. Se ve que es un hombre de fidelidades, porque desde Euskadi voló a Galicia, donde estuvo cuatro temporadas defendiendo los colores del Breogán. Siempre fue titular o primera rotación, aceptando un rol en el que no era precisamente la primera opción ofensiva. Tras un último año en la élite con el Huesca, se retiró.
La columna vertebral del Breogán diluye a un Huesca con bajas.
El Breogán dominó la zona con Michel Diouf y el perímetro con Gintaras Leonavicius y Anthony Winchester y, de este modo, se deshizo con relativa facilidad de un Peñas Huesca lastrado por las ausencias de sus dos jugadores más valorados: el alero Sandi Cebular (9) y el ala-pívot Jamar Samuels (16,2). El primero no pudo disputar el encuentro víctima de una sobrecarga en los isquiotibiales que le apartó a última hora de la rotación, mientras que el segundo cumplió sanción tras insultar al árbitro en la anterior jornada. Los primeros compases mostraron un Breogán concentrado y que circulaba con velocidad el balón tanto por dentro como por fuera, mientras cerraba el rebote con el fin de iniciar veloces transiciones. Winchester y Leonavicius comenzaron a percutir la defensa rival con penetraciones. Diouf aplicaba su envergadura para intimidar en defensa y anotar en ataque. Mediado el primer parcial un triple de Carlos de Cobos y un mate de Schaftenaar, más activo que en partido precedentes, colocaban la primera ventaja importante del conjunto dirigido por Lisardo Gómez (12-4). Así a todo el desacierto era la tónica dominante, especialmente en un Huesca que anotó sólo nueve puntos al término de los primeros diez minutos. Los oscenses se mostraban intensos y su base Eric Sánchez pretendía dotar de coherencia a su juego, pero apenas encontraban la solución de cara al aro.Un tapón de Diouf daba el broche al primer cuarto (17-9).
Los visitantes obtaron por la alternativa de colocar a dos bases en cancha: el experto Eric Sánchez y Lluis Costa. El primero no completó una notable actuación al cometer ocho pérdidas, algo impropio del ex "playmaker" de Gandía, Huelva, Los Barrios, Tenerife y Obradoiro. La ventaja local aumentaba ante la buena coordinación de Diouf y Schaftenaar, pese al desacierto del holandés en los triples. Los dos interiores breoganistas se entendieron a la perfección durante estos minutos y labraron acciones conjuntas. Costa y el escolta Charles Abuou limaban distancias para los aragoneses. Mientras tanto, se agigantaba la figura de Michel Diouf con tapones, rebotes en ambas zonas, ganchos y posibilitando acciones libradas a los exteriores. Paradójicamente, no optó por su habitual lanzamiento de cuatro-cinco metros.Las ventajas lucenses superaban la decena. Nasarre por dentro y Costa por fuera permitían al Huesca no alejarse en exceso. Cayó el encuentro en ese momento el partido en una pérdida de intensidad. Los pívots suplentes del Breogán no aportaron el mismo rendimiento que los titulares (el propio Diouf disputó 35 minutos). Nuevas canastas de Leonavicius y Winchester llevaban el encuentro al descanso (39-27).
Después del paso por vestuarios, la situación resultó prácticamente idéntica. Diouf decidió que era temprano para descansar y sus largos brazos dominaban la pista. Charles Abouo buscó el lanzamiento exterior para colocar a los suyos en el partido, pero el costamarfileño se mostró extraordinariamente errático (cero de cuatro en triples). La solución de los dos bases en cancha en Huesca aportaba clarividencia al juego, pero les costaba un mundo anotar. Una penetración de Winchester colocaba el 48-33 en el electrónico. Mientras tanto, Abouo se obstruía en el lanzamiento lejano. En el tercer parcial, los visitantes anotaron únicamente ocho puntos, sólo cinco de ellos en juego, todos obra de Costa, fruto de una preciosa jugada con "crossover" incluido y un lanzamiento triple con el que terminaba el tercer cuarto (48-35).
Una canasta de De Cobos tras remontar la línea de fondo inauguraba el último cuarto. Respondía Eric Sánchez desde el triple. Un gancho del pívot oscense Jan Orfila colocaba a los suyos a diez (50-40). Un espejismo. Diouf volvía a aparecer para anotar tras recoger el rebote ofensivo a un lanzamiento del propio ex Fuenlabrada. Abouo dejaba la diferencia en diez puntos y otra vez Diouf encestaba, esta vez con canasta contra tablero. Un rosario de recurso mostró el ala-pívot senegalés. Comenzaban a aparecer los pívots aragoneses, pero ya era demasiado tarde. Winchester seguía cargando de faltas a sus rivales y anotando mediante penetraciones y tiros lejanos. Lluís Costa respondía desde el triple. Con el partido decantado, , se instauró la zozobra. Abouo maquilló sus números y con un rebote ofensivo y un tapón de Diouf terminaba un cómodo encuentro para los gallegos (63-49).
El Breogán suma, pues, su novena victoria de la temporada, segunda consecutiva tras romper la racha de once triunfos consecutivos del Burgos y se mantiene en quinta posición a dos victorias del Palencia, tercer clasificado, y una del Lucentum Alicante, cuarto, tras la derrota de estos últimos en el Centro de Tecnificación frente al propio Burgos. Por su parte, el Peñas Huesca se sitúa en el noveno puesto cerrando puestos de playoffs con siete partidos ganados. Los lucenses recibirán en su pista al Força Lleida el próximo sábado 16 a partir de la siete y cuarto de la tarde, mientras que los oscenses harán lo propio el viernes 15 ante el Lucentum Alicante en duelo que dará comienzo a las nueve de la noche.
La clave: El juego dentro-fuera del Breogán y las bajas del escolta Sandi Cebular y el ala-pívot Jamar Samuels en el Huesca. El conjunto lucense se mostró más dinámico, veloz y confiado que su oponente. El ala-pívot Michel Diouf dominó amba zonas con juego completo y su envergadura. Asimismo, los exteriores Leonavicius y Winchester percutieron una y otra vez la defensa aragonesa. Los exteriores locales sumaron 41 puntos y sus hombres interiores 22 puntos por 32 y 17 de sus homólogos, respectivamente. Lo lucenses capturaron 34 rebotes, once más que los visitantes. En esta faceta sobresalió Diouf con una docena de capturas, cuatro de ella provocando segunda opciones. El banquillo local, eso sí, apenas aportó tres puntos, por 26 de los de Joaquín Costa.
Muy buena la historia de Pedro Fernández. Estamos acostumbrados a que los jugadores sigan en el deporte a través de múltiples ramificaciones que ofrece el baloncesto (sobre todo como entrenadores o ayudantes, demás miembros del cuerpo técnico o incluso directivos o agentes). Pero Fernández, que se pasó una década repartiendo estopa bajo los tableros con distintos equipos ACB (Caja San Fernando, Gran Canaria, Fuenlabrada, Breogán, Bilbao y Murcia) es ahora un hombre del golf. Y, por lo que parece, se codea bastante bien.
De momento, trabaja con el mejor golfista español de los último años, el gran Miguel Ángel Jiménez, al que acompañó e hizo de caddie en la última Ryder Cup en Chicago. A sus órdenes gestiona una escuela de golf montada en Málaga desde hace años. Fernández cuenta esta "metamorfosis" de deporte como si fuera casual: "Por mis problemas de espalda, que me llevaron a retirarme, el médico me recomendó pasear. Un día lo hice acompañando a un amigo mientras jugaba al golf, me entró el gusanillo y me puse a jugar. Luego conocí a Miguel Ángel, que es un tío tan fantástico como parece y también es aficionado al baloncesto. Se convirtió en un gran amigo y aquí estamos, haciendo muchas cosas relacionadas con el tema, también en el mundo de los tour operadores".
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Escribí hace unos días a Alfons Albert a su cuenta de Facebook preguntándole por su nueva vida más allá del basket. Resulta que yo metía la gamba y en estos tres últimos años no me había enterado de que seguía jugando (ahora tiene 39 ya) en el grupo E de la Liga EBA.No debe conservarse mal porque en la temporada pasada, en el Alginet, promedió 10 puntos y 5 rebotes. No está mal.
Él siempre ha sido un jugador potente físicamente, un tipo duro debajo de los tableros. Y 2.11 son 2.11. En su momento pareció que podía haber llegado a ser un "primera línea" dentro de los pívots españoles. Habitual en las categorías inferiores de la selección, llegó a debutar con la absoluta (6 partidos). Luego ya fue menos, pero construyó una carrera bastante digna, con algún "highlight" tan reseñable como haber ganado la Euroliga con el Joventut. Valenciano de nacimiento, le reclutaron en Badalona, donde pasó buenos años progresando.
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La altura es fundamental en el baloncesto. En el baloncesto español hemos carecido de ella hasta hace bien poco, al menos en cuanto a jugadores de calidad. Durante mucho tiempo fue una obsesión sacar pívots nacionales con los que los "grandes" pudieses competir y que además se convirtiesen en importantes para la selección. Estoy por decir que el único jugador español mayor de 2.10 que acudió a la absoluta a torneos oficiales antes de 1992 fue Fernando Romay.
Xavi Ruiz medía 2.08. Tremendo en ese sentido. El Barcelona depositó muchas esperanzas en él a mediados de los 80, cuando le captó de la cantera del club de su localidad natal, Terrassa. Su físico era de impresión, pero sus cualidades técnicas no estaban a esa altura. Jugó como azulgrana cinco partidos en la temporada 88-89. Claro, aparece en la foto de algunos títulos conseguidos por el equipo de Aíto García Reneses por entonces y también fue habitual en las selecciones de categorías inferiores.
Bullock puede con Bell en un duelo espectacular (78-76)
El Real Madrid lo pasó mal para derrotar al Leche Río en un intenso partido entre dos equipos con clasificación opuesta. Louis Bullock y Charlie Bell disputaron un duelo individual espectacular y que marcó totalmente el partido.
El estadounidense Louis Bullock pasó el miércoles por Vitoria y tumbó al TAU Cerámica con 35 puntos, una marca al alcance de pocos jugadores que, sin embargo, no agotó todo el arsenal del norteamericano, todavía repleto el domingo para dedicar una buena ración de canastas al Leche Río y resolver la séptima victoria consecutiva del Real Madrid.
El equipo del ex seleccionador Moncho López visitaba a un rival al que derrotó dos veces en pretemporada con la imperiosa necesidad de variar el rumbo después de encajar cinco derrotas en las seis jornadas precedentes. Jugó sus bazas durante más de treinta minutos, sobre todo la de un excelente Charlie Bell desde el perímetro y la de un incansable Alfonso Reyes dentro de la zona, pero luego topó con Bullock y no le quedó más remedio que firmar la rendición.
El italiano Marco Carraretto y el serbogriego Vladimir Petrovic fueron los encargados de asentar al Leche Río en Vistalegre, sin grandes alharacas, con unos pocos aciertos de arrancada.
La tercera falta personal del serbio Djuro Ostojic, a los seis minutos, alteró ese ritmo inicial facilitando el acercamiento local para cerrar el primer cuarto con un anecdótico punto de diferencia (19-20). La lectura buena era que los rojos estaban en línea de fuego.
La salida del Real Madrid al segundo cuarto supuso un golpe para los lucenses. Tres triples en cascado de Alberto Herreros, el francés Moustapha Sonko y el griego Antonis Fotsis abrieron una brecha que, por unos momentos, dejó tocado al Leche Río (28-20, minuto 12).
A pesar de que todavía quedaba mucho partido por delante, la coyuntura situaba al equipo gallego ante una prueba de dureza mental. López tenía dos cartas en la manga para salir del bache: el estadounidense Charlie Bell -cuyas canastas se anunciaban por error a través de la megafonía del pabellón como obra de Sebastían Castiñeira- y un viejo conocido de la casa, Alfonso Reyes.
Reyes mejoró las prestaciones de Ostojic a ambos lados de la cancha, sobre todo en ataque -diez puntos hasta el descanso-, mientras Bell convertía cada balón que caía en sus manos en una amenaza para los blancos, a los que endosó diecisiete puntos desde su aparición en la cancha (minuto 9) hasta el intermedio (41-45).
En medio de todo eso, el serbio Bozidar Maljkovic encontró un hueco para hacer debutar al belga Alex Hervelle (minuto 13), aunque éste apenas pudo dejarse ver porque coincidió con la racha de Bell y Reyes.
La recuperación afianzó al Leche Río que, a pesar de la magia de Louis Bullock, enfrascado en un duelo de artilleros con Bell, aguantó perfectamente el tercer cuarto, un período crítico por cómo estaba el partido. Con Ostojic de nuevo en pista junto a Alfonso Reyes, el bloque galaico logró situarse a un solo punto con un triple de Joseph Gomis en la clausura del tercer tramo (61-60).
Buenas noticias para el banquillo de Moncho López. A falta del último cuarto, a pesar de cargar con cinco derrotas y necesitar el triunfo como el aire y con la dificultad añadida de tener enfrente al mejor Madrid de los últimos años, invicto, líder y trabajador, las opciones lucenses seguían intactas a diez minutos del final.
Por lo visto, los madridistas, que además contaban con la oportunidad de ampliar distancias sobre el Tau, superado el sábado por la tarde en Valladolid, lo pasan mal ante el Leche Río. En la pretemporada, perdieron por diecisiete un partido que iban ganando por veintitrés.
En Vistalegre, en plena competición oficial, los gallegos también apretaron al buque blanco, que con siete minutos hasta la bocina todavía no las tenían todas consigo. Pero claro, por allí andaba un tal Louis Bullock, que venía de hacerle 35 al Tau en Vitoria y que acaparó las primeras posesiones del último cuarto para fabricar el colchón de seguridad (71-60, minuto 35) que el Madrid utilizó luego para zafarse del último zarpazo de Bell, cuyo último triple, a falta de 53 segundos, empató a 74.
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Antonio Sacedo es un hombre muy querido en Lugo. Nacido en Madrid y de la cantera de Estudiantes, le sucedió una de esas historias tan habituales: se quedó a vivir en la ciudad de uno de sus equipos, en este caso el Breogán, donde estuvo del 1985 al 1990. Culminó su carrera en el Gran Canaria y después regresó a la capital lucense para quedarse.
Era un alero de 1.99 no sobrado de calidad, aunque muy luchador, muy serio, todo garra. Diestro, muy combativo, con tiro sobre todo a media distancia. El típico jugador que todo entrenador quiere tener en su equipo porque es sacrificado al máximo y que conecta enseguida con la afición, que detecta que no se guarda ni una mota de esfuerzo en el bolsillo. Su contribución en la mayor parte de sus temporadas en la élite se produjo saliendo del banquillo.
El rubísimo Alex Stivrins fue uno de esos jugadores que llegó a España sin hacer ruido, aunque ya había jugado tres partidos en la NBA con Seattle, y la "Primera B" le sirvió de lanzadera para acabar desarrollando un muy buen baloncesto en la ACB. Ocurrió a finales de los 80, cuando estas sorpresas estaban más a la orden del día.
Stivrins, que por cierto tiene antecedentes letones, quedó muy coaligado con Canarias. Fue allí donde pisó por primera vez el país, en un equipo llamado Playa Las Américas, del sur de Tenerife en Primera B. Era la temporada 87-88 y no pudo jugar demasiado, ya que se lesionó en noviembre y fue cortado. Pero el Caja Canarias, al norte de la Isla, confió en ék al año siguiente para sustituir a un tipo con casi diez años en la NBA como Kurt Nimphius que no dio el resultado esperado. La respuesta de Stivrins, que era otro tipo de jugador, un "4" abierto y no un "5" claro como Nimphius, fue marcarse 20 puntos y 10 rebotes de promedio en los pocos partidos de los que dispuso, lo que le valió la renovación.
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Reconozco que a Óscar Peña no terminaba de visualizarle cuando me puse a preparar el articulito sobre él. Contacté con él por Facebook y llegué a preguntarle si era él, "el que había jugado en el Mayoral Maristas". Me sonrojó cuando me respondió que ese era otro Peña y que él era otro que había salido de la cantera del Madrid y que había pasado por el Forum y el Breogán, sobre todo.
El sonrojo fue ya máximo cuando revisé la documentación sobre él y descubrí que había jugado las primeras nueve temporadas desde la creación de la ACB, cuatro en Valladolid (83-87), cuantro en Lugo (88-92), y una, intermedia, en el Caja Canarias (87-88). ¿Cómo podía no recordarle? Luego ya caí: le había tenido muchas veces en mis manos. En la temporada 85-86 salió una baraja de cartas con jugadores ACB y él era el 4a, elegido para representar al Forum junto a Quino Salvo y José Antonio Alonso. Había tres por cada uno de los equipos. El chico debía ser importante. Y sigo guardando la baraja, claro.
Lobe Huesca naufragaen su pista ante un regular Breogán
Tras una gran temporada en Huesca, Gintaras Leonavicius volvía a la capital oscense para enfrentarse a su ex equipo y era recibido con aplausos en la presentación. Al igual que la plantilla de Lobe Huesca que durante toda la semana se había conjurado para lavar la mala imagen dada hace siete días en Lleida e intentar demostrar a su afición que puede competir de tú a tú en la Adecco Oro.
Apenas se habían jugado los dos primeros minutos y con un marcador totalmente igualado llegaban los primeros problemas de faltas Diouf por parte visitante y Abouo por la local, se colocaban en dos faltas, lo que posiblemente obligó a los entrenadores a comenzar las rotaciones antes de lo pensado. El primer triple de partido, convertido por Winchester abría la primera mini brecha en el marcador 6-10 para Lugo. Rápidamente empataba Lobe, aunque De Cobos respondía con un nuevo triple. El entrenador visitante solicitaba el primer tiempo muerto con un resultado favorable por apenas un punto 12-13. Huesca estaba defendiendo bien a los lucenses pero no conseguía anotar con fluidez lo que no le permitía llegar a ponerse por delante en ningún momento. Tras la salida del tiempo muerto Breogán mejoró en esos tres minutos y cerraba el cuarto con una ventaja de 14 a 19.
Habían pasado más de tres minutos y solo se había anotado una canasta en el inicio del segundo cuarto. Errores en lanzamientos y pérdidas de balón en unos minutos indignos de la Adecco Oro. Entonces anotó Lugo dos triples consecutivos y poco a poco comenzaba a ampliar su ventaja a pesar que no superaba los 10 puntos todavía. Costa intentó aclarar ideas con un tiempo muerto, ya que los suyos en seis minutos sólo habían anotado una canasta y los gallegos, sin necesidad de mucho acierto conseguían superar la decena, 16-28. De nuevo minutos de aburrimiento y despropósitos, siendo incapaces ninguno de los dos equipos de anotar en dos ataques consecutivos. A falta de un minuto, Cebular conseguía la primera canasta en juego para su equipo pero el marcado ya favorecía a Lugo 22-37. Con un nuevo triple visitante se terminaba la primera parte y Breogán ya tenía encaminado el encuentro 22-40. Tan solo Leonavicius, 12 de valoración, igualaba a la de todo el equipo oscense. 0/8 en triples locales y 6/11 en los visitantes deja bien claro lo que reflejaba el marcador en la primera parte.
En la reanudación de nuevo errores, no reaccionaba Lobe Huesca que fallaba todo lo que lanzaba. A los 25 minutos de juego Cebular conseguía anotar el primer triple para los oscenses. Una nueva canasta más allá de los 6,75 del escolta esloveno parecía dar esperanzas a los locales que conseguían acercarse con 34-46. Tras el tiempo muerto visitante, Breogán volvía a poner las cosas en su sitio y con un 0-8 a falta de un minuto volvía a recuperar el terreno. Con un marcador de 40-54 se llegaba al último cuarto.
Todavía más frío comenzó el último cuarto, Lobe no podía y al menos lo intentaba y a Breogán le valía mantener el balón y alargar las posesiones para dejar pasar los minutos. Poco a poco la diferencia se iba incrementando, superando los 20 a favor de los gallegos. Aún así Pepe Rodríguez solicitaba un tiempo muerto a falta de apenas cinco minutos, con el fin de intentar meter intensidad a su equipo y evitar la relajación. Algo que no era necesario ya que Lobe Huesca tan solo anotaba 3 puntos en los últimos 10 minutos. Al final victoria de Breogán en Huesca por 43-71, en un partido que como definió el entrenador visitante, de inicio de temporada con poco acierto y poco ritmo. Además ayudado por la forma de juego de ambos conjuntos más defensores que atacantes. Por su parte Quim Costa, sí valoró el acierto de Breogán y la lucha de sus jugadores y la entrega en la segunda parte. Un dato curioso, a pesar de ir perdiendo durante todo el encuentro, Costa no solicitó ningún tiempo muerto en la segunda parte. Breogán venció en un encuentro aburrido y que ganó el menos malo, en el que Roeland Schaftenaar era el MVP con 19 de valoración, y donde 4 jugadores de Lobe Huesca valoraron negativo. Parece que Breogán encuenra la línea en su juego y las victorias, mientras que Lobe debe mejorar mucho si quiere conseguir alguna victoria a lo largo de la temporada.
La clave: El acierto puntual en el segundo cuarto de Breogán que le permitieron abrir una distancia de más de 10 puntos y que Lobe Huesca fue incapaz de recuperar, en cierta medida por su falta de calidad y acierto.
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La historia de Kenny Green hay que empezarla por el final. Hace mucho tiempo que no se decía nada sobre él, por lo que vaya por delante esto que me contó hace unos días: uno de los mejores americanos que ha pasado por la Liga ACB sigue en Qatar, con el pasaporte confiscado porque se le reclama una deuda de 200.000 dólares.
Muchos lo recordaréis perfectamente. Fue una de las noticias más impactantes en el mundillo baloncestístico de los últimos años: David González desvelaba en diciembre del 2008 en El Correo que Green, tras su retirada y mientras entrenaba a un equipo en el país del Golfo Pérsico, había pedido un crédito a un banco de allí para intentar salvar a su madre de un cáncer en Suiza. La madre murió, a él le echaron del equipo y no pudo ir afrontando los pagos, no permitiéndole salir del país hasta que no lo hiciese. Los detalles que contaba de su vida allí (malvivir en la calle sin poder trabajar, etc.) están perfectamente reflejados en la información, cuya lectura os recomiendo encarecidamente.
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No soy muy de poner videos aquí. En realidad, tampoco hay muchos videos en Youtube del tipo de jugadores de los que suelo hablar. Y bueno, el que quiera indagar más, que lo haga, hay páginas buenas donde descargar partidos. Solamente doy cuatro pinceladas sobre el personaje de turno. Pero tenéis que ver esto. Dadle al play. Es un "must".
Sí, es él. Tanoka Beard en una televisión (creo que de Estonia, o quizás Finlandia), rodeado de pavas, marcándose un hip hop. O un rap. No sé. Por lo visto hay diferencia entre ambas cosas, pero no acabo de detectarla. Disculpad mi ignorancia. Es el nuevo destino profesional de un hombre que fue una grandísima estrella de la ACB durante la segunda mitad de los 90, unos años en los que, aparte de su poderoso juego, se hizo famoso también por jugar con un pañuelo en la cabeza, a lo "pirata".
Breogán se lleva el triunfo ante Autocid con un final de infarto
Partido intenso en el Pazo dos Deportes en el que Leche Río Breogán demostró que es aspirante a todo en esta Liga al imponerse a Burgos, líder en la jornada anterior.
El encuentro tuvo más intensidad y garra que baloncesto, en el que las rachas primaron sobre la continuidad. En el primer cuarto se demostró la igualdad entre ambos equipos, aunque con una anotación muy baja y un ritmo rápido y al contraataque que, sin embargo, no llegaba a convertirse en puntos ante las defensas de ambos equipos. Burgos no logró imponer su juego por los problemas con las faltas y que provocó una ventaja de 18-11 al término del primer envite para los locales, que mandaban en el partido desde su defensa.
La reacción de los visitantes no se hizo esperar y llegó de la mano de Xavier y Jorge García con sendos triples que llevaron a un 13-0 de parcial para Autocid y en que Breogán tardó 5 minutos en anotar, dejando el marcador en 18-23. Sin embargo, Autocid no supo cerrar el partido y Winchester acudió al rescate con un festival anotador que llegó a anotar 9 puntos para dejar el marcador con 27-29 y todo por decidir en la segunda mitad.
Winchester se había erigido ya en líder de la cancha lucense, tirando del equipo cuando más lo necesitaban y que terminaría el encuentro con 22 puntos siendo el máximo anotador del partido, mientras que Ortega era el baluarte de Autocid para mantenerse en el partido, aunque el mérito debemos concederlo al entrenador y al equipo, que ejecutó una defensa en zona perfecta que fue impenetrable para Breogán.
Tras la reanudación, más de lo mismo sobre la cancha, con Breogán sufriendo antre la defensa de los visitantes que llegaron a ponerse 7 puntos por encima en los primeros compases del tercer cuarto. Winchester acudió de nuevo al rescate y comenzó el festival de triples de los lucenses que se llevaron 12 puntos desde la línea exterior y que, si mis notas son correctas, supusieron el total de los puntos en el cuarto para Breogán. El resultado: 39-43, anotación baja y todo abierto en el último cuarto.
Así las cosas, Eduardo Martínez se convirtió junto con el ya nombrado Winchester en el timón del equipo, y eso que Vinicius comenzó anotando un triple para Burgos. El acierto exterior fue demasiado para los visitantes que aún así, lograron mantenerse en el partido con opciones hasta el último segundo. Y es que Burgos defendió bien el último ataque del Breogán para quedarse dos puntos por debajo a falta de 18 segundos y tener la oportunidad de jugar la última bola. Sin embargo, Ford Burgos no ejecutó bien la opción de forzar la prórroga o ganar, y Alberto Miguel se quedó muy cerca de decantar el partido para los visitantes sobre la bocina.
Sin embargo, el partido cayó del lado de Lugo, con una victoria muy trabajada y un partido de máxima igualdad.
LA CLAVE: El acierto exterior en los momentos claves del Breogán, especialmente de Winchester con 4/8 en T3 y 22 puntos en total sobre los 63 de su equipo.
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La "sentencia Bosman" empezó a aplicarse en la Liga ACB en 1996, pero tímidamente. Entonces, los clubs eran bastante reticentes a mirar a Europa o a jugadores que, no siendo comunitarios de nacimiento, sí tuviesen el pasaporte. Uno de esos "pioneros" que sí apostaron -y acertaron- fue el Gran Canaria, que en 1998 se hizo con un enorme tirador, Jorge Racca, un argentino cuyos ancestros argentinos le permitían no ocupar plaza de extranjero. Los altibajos de su carrera no deben ocultar su buena aportación al baloncesto nacional. Cumplía bien el tópico de argentino competitivo al máximo.
Quizás sea algo injusto catalogar a Racca de simple tirador, porque realmente estaba capacitado para anotar de más maneras. Era rápido y fino, muy valiente en las penetraciones. El Gran Canaria ya digo que fue el que muy correctamente apostó por él, que seguro que se habrá arrepentido mil veces de no haber nacido tres o cuatro años más tarde, por muy poco pertenece a la generación inmediatamente anterior a la "dorada" de su país. Se asomó por la selección y llegó a obtener algún título (el oro en los Panamericanos del 95, participando además en Atlanta 96), pero no estuvo en los grandes éxitos posteriores de los Ginobili, Oberto y compañía.
Bell conduce al Leche Río al triunfo sobre Pamesa en un partidazo (96-88)
Charlie Bell realiza hazaña tras hazaña en Lugo. En esta ocasión anotó 40 puntos para dirigir al Leche Río a la victoria sobre el Pamesa Valencia en un duelo espectacular. Aunque el duelo del día fue, sin lugar a dudas, el que protagonizaron Bell (40) y Rakocevic (30), los dos máximos realizadores de la Liga. Además, los 40 puntos de Charlie Bell le convierten en el primer jugador en unirse al "club de los 40" en casi tres años.
El Leche Río se aleja de los puestos de descenso tras imponerse hoy por 96-88 al Pamesa Valencia, en un encuentro en el que el estadounidense Charlie Bell, escolta del conjunto gallego, volvió a deslumbrar tras anotar cuarenta puntos, que le reafirman como el máximo anotador de la Liga ACB y le permiten unirse al prestigioso "club de los 40".
El partido entre lucenses y valencianos se presentaba como un auténtico duelo entre los dos "bombarderos" de la Liga, el "gallego" Bell y el serbio del Pamesa Igor Rakocevic, segundo máximo realizador de la competición tras el norteamericano.
Duelo del que nadie salió defraudado, pues si el balcánico se despidió del Pazo Provincial dos Deportes con treinta puntos en su haber, Bell llegó hasta los cuarenta, y eso que el estadounidense cerró el primer cuarto con unos decepcionantes dos puntos.
Una carencia anotadora que no desaprovechó el Pamesa para adquirir rápidamente una pequeña ventaja, que no fue a mayores gracias al trabajo del pívot Djuro Ostojic, que con sus diez puntos en el primer cuarto, mantuvo a su equipo 17-22 en el marcador.
Un luminoso al que con el inicio del segundo cuarto no dejarían de sumarse ya puntos de Charlie Bell, lo mismo que Rakocevic, en un duelo que al descanso señalaba al balcánico y al Pamesa (49-42) como un claro vencedor.
Un triunfo que todavía parecía más claro para los visitantes, cuando a los 24 minutos los levantinos adquirían su máxima ventaja, once puntos (49-60), que obligaron a Moncho López, nuevamente muy criticado por el público a pedir un tiempo muerto.
Parón que sentó como un auténtico revulsivo para los locales, que en los siguientes minutos daban, en gran parte gracias al acierto de Chalie Bell y, sobre todo, a la dirección de Javi Rodríguez, a la conclusión del tercer período la vuelta al marcador (68-69).
Una mínima renta que el Pamesa no tardó en enjugar, para llegar con empate 76-76 a los últimos minutos del encuentro, lo que obligó nuevamente a pedir tiempo muerto a Moncho López, con unos ejectos todavía mejores al anterior, pues los gallegos volvieron a escaparse en el marcador, en esta ocasión de manera definitiva.
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Una generación crecimos asombrados por cómo un tío de 2,05 como Magic Johnson podía ser base. La traslación española fue Jose María Montero, al que Aíto García Reneses "se inventó" como director de juego con su 1,92. Eso tenía enormes ventajas, tanto a nivel ofensivo como defensivo. A Montero, claro, le intentaron emular desde varios puntos de España. El caso más llamativo fue probablemente el de Josines González en León, aunque no alcanzó el estrellato.
González nació en Losada, una pequeña localidad de la comarca leonesa. Sus destacadas actuaciones en categorías inferiores le llevaron al equipo de la capital, donde continuó progresando hasta llegar al primer equipo. Con apenas 18 consiguió un puesto en la primera plantilla, en la temporada 1990-91 y su importancia en el equipo fue creciendo en los siguientes años, aprendiendo de americanos como Marl Tillmon o Mike Anderson y de nacionales como David Sala.
Seguimos con los textos de Javier Ortiz, en su blog RetroACB, dedicados a jugadores breoganistas.
Nkechinyelu Peter Ezugwu jugó una temporada y pico en la ACB: primero acabó la 2000-01 (que había iniciado en Melilla en LEB) en el Joventut, y después, la siguiente, la pasó entera en el Breogán. No fue un jugador de grandes números en nuestra Liga (6,5 puntos y 3,4 rebotes en 16 minutos), aunque sí un reserva valioso y que no ocupaba plaza de extranjero al tener pasaporte británico. No le recuerdo con los 2,04 que cuentan las páginas oficiales, sino más bien un dos metros pelados que se hacía fuerte en el rebote gracias a su corpulencia.
Cuando he contactado con Pete Ezugwu me he encontrado con una sorpresa: se ve que es una persona con inquietudes que no idealiza su periodo como deportista. Más bien todo lo contrario. Si es tópico y dice que tiene "un gran recuerdo de España, con gran baloncesto, rica cultura y maravillosa comida" y que "los aficionados eran muy apasionados y realmente veían el baloncesto como un espejo para sus ciudades, dándoles un lugar donde poder expresarse y sentir orgullo por ellas".
